Francisco Montaño Luna D.C, Ph.C.

(1892-1968)

En 1918 dejó México, país que se encontraba en guerra (Revolución). Emigró a la ciudad de Nueva York, EUA, donde trabajó en un astillero (posiblemente construyendo barcos de guerra en la 1era guerra mundial). Fueron tiempos interesantes para radicar en esta ciudad, ya que ésta fue severamente afectada por la pandemia de 1918, con 147 000 contagios y 20 608 decesos.  Francisco Montaño Luna sufría migrañas y mala salud en general. Un amigo suyo fue quien le recomendó que acudiera con un quiropráctico. Quedó maravillado con esta nueva profesión, ya que dejó de padecer migraña gracias a los ajustes quiroprácticos.

Fue a estudiar a Palmer School of Chiropractic, en Davenport Iowa, graduándose en 1922. En su anuario, fue nombrado: “A studious man”.

Fue amigo personal de BJ Palmer, quien de 1913 –año en que murió DD Palmer- a 1924 año de la invención del neurocalómetro- fue el líder de la mayoría de la profesión.

Cuando llegó a México, en diciembre de 1922, siendo presidente Álvaro Obregón, lo hizo con la idea pasar unas semanas con sus padres para posteriormente regresar a Estados Unidos y ejercer en dicho país. Su mamá, le hizo “trampa” y comenzó a mandarle pacientes, los cuales eran atendidos en el garaje de su casa. Inicialmente no cobraba la consulta, sino que realizaba trueque. Eventualmente tuvo que cobrar dinero y el costo de una consulta quiropráctica era de 50 centavos (pesos mexicanos). Atendía pacientes de cualquier condición social. Su práctica no estaba limitada a condiciones musculoesqueléticas.

Cuando estableció un consultorio quiropráctico formal, lo hizo en la avenida más importante de la ciudad de México: Paseo de la reforma #155.

En su consultorio quiropráctico se anunciaba con la leyenda:

–          Ejerce la medicina sin título legalmente reconocido en México

–          Utilizaba radiografías, neurocalómetro y contaba con mesas de ajuste tipo hylo y knee chest.

El Dr. Montaño Luna trabajó incansablemente por el reconocimiento legal de la profesión en México. Fue fundador y primer presidente de la Asociación Mexicana de Quiropráctica (AMQ) y una de sus finalidades era precisamente lograr el reconocimiento de la profesión, y aunque los miembros de la asociación buscaron el acercamiento con el gobierno, sus peticiones fueron ignoradas durante muchos años. La dirección de la AMQ era apartado Postal No. 23627, México 10, D.F.

En conjunto con el Dr. Manlio Fuentes (también egresado de Palmer), fundó la primera escuela de quiropráctica en México: “Escuela Hispanoamericana de Quiropráctica David D. Palmer”. Esto sucedió el 12 de octubre de 1927. De la dicha institución salieron 40 graduados.  Cerró por falta de recursos en 1933. Entre las personalidades que se graduaron de dicha institución destacan la hija del Dr. Fuentes, y el Dr. Mariano Villarello, quien fue el primer quiropráctico en una familia que ya cuenta con 3 generaciones de quiroprácticos. La carrera de quiropráctica tenía una duración de 18 meses.

Uno de los pacientes destacados del Doctor Montaño Luna, fue Pascual Ortiz Rubio, quien llegó a ser presidente de México.

Otro paciente destacado fue el licenciado Ángel Cenicero, quien cuando fue secretario de educación, aceptó legislar la profesión y en conjunto con el director de profesiones, el licenciado Juan Manuel Terán Mata, validó los estudios de “Doctor of Chiropractic”. Esta validación era aplicable a las personas que tuviesen estudios reconocidos y desarrollado en instituciones extranjeras que tuviesen prestigio y fuesen legales en sus países de origen. Palmer School of Chiropractic fue la primera institución reconocida de esta manera.

Finalmente, la primera cédula profesional fue otorgada el 16 de diciembre de 1955, después de 33 años de intentar legalizar la profesión. La cédula con el primer registro del libro de Quiroprácticos fue para Francisco Montaño Luna, y la segunda cédula fue para su hijo Francisco Montaño Pizarro (Palmer 1948). Costo de la licencia: $143.00

En 1959 construyó junto con su hijo Francisco Montaño Pizarro, el Centro Quiropráctico Montaño (CQM) en Av. Álvaro Obregón 284, el cual también fue cede de la Asociación Mexicana de Quiropráctica. En el CQM se brindó cuidado quiropráctico continuo a miles de pacientes durante 4 generaciones de quiroprácticos, hasta 2017, año en que un sismo colapsó el edifico de junto, causando daños severos en la edificación.

Francisco Montaño Luna fue el primero de una familia que incluye a varios quiroprácticos:

Su hijo: Francisco Montaño Pizarro

Sus nietos: Francisco E. Montaño Benet, María Mercedes Montaño Benet, Eduardo J. Montaño Benet.

Sus bisnietos: Jaime Pinillos Montaño, Mariana Montaño Isita, Francisco Montaño Isita, Patricia Montaño Andrade, Mercedes D’Acosta Montaño, Eduardo Montaño Andrade, Santiago Montaño Isita.

Además, influyó para que estudiaran quiropráctica personalidades como Ignacio Martínez Ugalde y Enrique Benet Canut.

Gentileza del Dr. Francisco E. Montaño Isita, bisnieto y del Dr. Francisco E. Montaño Benet, nieto.